DIABETES
ü ¿QUÉ
ES?
La diabetes es una
enfermedad crónica que aparece debido a que el páncreas no fabrica la cantidad
de insulina que el cuerpo humano necesita, o bien la fábrica de una calidad
inferior. La insulina, una hormona producida por el páncreas, es la principal
sustancia responsable del mantenimiento de los valores adecuados de azúcar en
sangre. Permite que la glucosa sea transportada al interior de las células, de
modo que éstas produzcan energía o almacenen la glucosa hasta que su
utilización sea necesaria. Cuando falla, origina un aumento excesivo del azúcar
que contiene la sangre (hiperglucemia). De hecho, el nombre científico de la
enfermedad es diabetes mellitus, que significa "miel".
ü CLACIFICAION:
DIABETES
MELLITUS TIPO 1
Este
tipo de diabetes corresponde a la llamada antiguamente Diabetes Insulino dependiente o Diabetes
de comienzo juvenil. Se presenta en jóvenes y en adultos también pero con
menos frecuencia, no se observa producción de insulina debida a la destrucción
autoinmune de las célulasβ de los Islotes de Langerhans del páncreas esto regulado por células, y que predispone a una descompensación
grave del metabolismo llamada cetoacidosis. Es más típica en personas jóvenes
(por debajo de los 30 años), y afecta a cerca de 4,9 millones de personas en
todo el mundo. Los factores ambientales afectan a la presentación de la
diabetes mellitus tipo 1.
DIABETES MELLITUS TIPO 2
Es
un mecanismo complejo fisiológico, aquí el cuerpo sí produce insulina, pero, o
bien, no produce suficiente, o no puede aprovechar la que produce y la glucosa
no está bien distribuida en el organismo (resistencia
a la insulina), esto quiere decir que el receptor de insulina de las células que se encargan de facilitar la entrada de
la glucosa a la propia célula están dañados. Esta forma es más común en
personas mayores de 40 años aunque cada vez es más frecuente que aparezca en
sujetos más jóvenes, y se relaciona con la obesidad; anteriormente llamada diabetes del adulto o diabetes
relacionada con la obesidad.
DIABETES MELLITUS GESTIONAL:
Aparece en el periodo de
gestación en una de cada 10 embarazadas. Se presenta muy pocas veces después
del parto y se relaciona a trastornos en la madre y fallecimiento del feto omacrosomía,
producto con tamaño anormal grande causado por incremento de glucosa, puede sufrir daños al momento
del parto.
El embarazo es un cambio
en el metabolismo del organismo, puesto que el feto utiliza la energía de la
madre para alimentarse, oxígeno entre otros. Lo que conlleva a tener disminuida
la insulina, provocando esta enfermedad.
ü CAUSAS
La diabetes afecta al 6% de
la población. Las posibilidades de contraerla aumentan a medida que una persona
se hace mayor, de modo que por encima de los setenta años la padece alrededor
del 15% de las personas. Es esencial educar a los pacientes para que controlen
su diabetes de forma adecuada, ya que puede acarrear otras enfermedades tanto o
más importantes que la propia diabetes: enfermedades cardiovasculares,
neurológicas, retinopatía (afección ocular que puede conducir a la ceguera) o
nefropatía (enfermedad del riñón). El momento de aparición de la enfermedad,
así como las causas y síntomas que presentan los pacientes, dependen del tipo
de diabetes de que se trate.
Diabetes
tipo 1: Las edades más frecuentes en las que aparece son la
infancia, la adolescencia y los primeros años de la vida adulta. Acostumbra a
presentarse de forma brusca, y muchas veces independientemente de que existan
antecedentes familiares. Se debe a la destrucción progresiva de las células del
páncreas, que son las que producen insulina. Ésta tiene que administrarse
artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares
son el aumento de la necesidad de beber y de la cantidad de orina, la sensación
de cansancio y la pérdida de peso.
Diabetes
tipo 2: Se presenta generalmente en edades más avanzadas y es
unas diez veces más frecuente que la anterior. Por regla general, se da la
circunstancia de que también la sufren o la han sufrido otras personas de la
familia. Se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el
aprovechamiento insuficiente de dicha sustancia por parte de la célula. Según qué
defecto de los dos predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas
antidiabéticas o con insulina (o con una combinación de ambas). No acostumbra a
presentar ningún tipo de molestia ni síntoma específico, por lo que puede pasar
desapercibida para la persona afectada durante mucho tiempo.
Diabetes
gestacional: Se considera una diabetes ocasional. Se
puede controlar igual que los otros tipos de diabetes. Durante el embarazo la
insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este
aumento no se produce y puede originar una diabetes por embarazo. Tampoco tiene
síntomas y la detección se realiza casi siempre tras el análisis rutinario a
que se someten todas las embarazadas a partir de las 24 semanas de gestación.
ü SÍNTOMAS
DE DIABETES
Entre
los principales síntomas de la diabetes se incluyen:
Frecuencia en orinar (fenómeno de la
"cama mojada" en los niños).
Hambre inusual.
Sed excesiva.
Debilidad y cansancio.
Pérdida de peso.
Irritabilidad y cambios de ánimo.
Sensación de malestar en el estómago y
vómitos.
Infecciones frecuentes.
Vista nublada.
Cortaduras y rasguños que no se curan, o que
se curan muy lentamente.
Picazón o entumecimiento en las manos o los
pies.
Infecciones recurrentes en la piel, la encía
o la vejiga.
Además se encuentran elevados niveles de
azúcar en la sangre y en la orina.
ü TRATAMIENTOS
El tratamiento de la
diabetes mellitus se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y
medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre
dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a
la enfermedad. En muchos pacientes con diabetes tipo II no sería necesaria la
medicación si se controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un programa
de ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia una
terapia sustitutiva con insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía
oral.
Fármacos hipoglucemiantes
orales. Se prescriben a personas con diabetes tipo II que no consiguen
descender la concentración de azúcar en sangre a través de la dieta y la
actividad física, pero no son eficaces en personas con diabetes tipo I.
Tratamiento con insulina. En
pacientes con diabetes tipo I es necesario la administración exógena de
insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es
requerida en diabetes tipo II si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no
consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra
a través de inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya
que si se tomase por vía oral sería destruida en aparato digestivo antes de
pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los
alimentos que se ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas
que siguen una dieta estable y una actividad física regular varían poco sus
dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la
realización de algún deporte exigen modificaciones de las pautas de insulina.
La insulina puede inyectarse a través de distintos dispositivos:
Plumas
para inyección de insulina. Son aparatos con forma de pluma que
tienen en su interior un cartucho que contiene la insulina. El cartucho se
cambia cuando la insulina se acaba, pero la pluma se sigue utilizando.
Jeringas
precargadas. Son dispositivos similares a las plumas,
pero previamente cargados de insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira
toda la jeringa. El nivel de glucosa en sangre depende de la zona del cuerpo en
que se inyecta la insulina. Es aconsejable que se introduzca a través del
abdomen, los brazos o muslos. Penetra más rápidamente si se inyecta en el
abdomen. Se recomienda inyectar siempre en la misma zona, aunque desplazando
unos dos centímetros el punto de inyección de una vez a otra. Hay que evitar
las inyecciones en los pliegues de la piel, la línea media del abdomen y el
área de la ingle y el ombligo